Como 16 años atrás
Como un déja vu, el consulado italiano recibió miles de pedidos de ciudadanos argentinos que intentan tramitar la doble nacionalidad y emigrar, debido a la recesión en la economía.

Mientras el presidente Mauricio Macri postula a nuestro país para mitigar el aluvión de migrantes que intentan ingresar a la Eurozona, desde África y Asia, por otro lado son decenas de miles los argentinos que planean su próximo destino en Italia.
Como en el lapso de los años 2000 a 2002, ya fueron decenas de miles los argentinos que en función del declive en la economía gaucha, ahora intentan este recurso legal para irse a vivir a Italia.
Por ello, el
vicecanciller italiano Mario Giro,
indicó que más de 80 millones de personas en todo el mundo pueden pedir la
ciudadanía italiana por la ley "amplia y tolerante", al tiempo que
destacó que "no hay solo motivos afectivos en quien pide la ciudadanía,
sino sobre todo el intento de garantizarse un pasaporte europeo en momentos de
dificultades económicas y tensiones políticas y sociales".
Argentina tuvo una alta emigración
luego de la crisis política, económica, social e institucional de 2001.
En ese contexto, las colas frente a las embajadas para iniciar los trámites en busca de la documentación necesaria se extendieron por largas cuadras.
Ahora, frente al incremento en los pedidos
de papeles desde Sudamérica, especialmente de Argentina, Brasil y Venezuela,
según las estadísticas oficiales, Giro remarcó: "Nuestra ley sobre el 'ius
sanguiinis' no pone límites, como la española que limita en el abuelo la
posibilidad de obtener la ciudadanía".
En los últimos días se han sucedido duros enfrentamientos por la decisión del
oficialismo de ampliar los criterios para otorgar la ciudadanía por "ius
solis", integrando por ejemplo a hijos de extranjeros que nazcan en el
país y hagan parte de la escuela o niños nacidos fuera de la península pero que
completen el ciclo escolar en suelo italiano.
Sin embargo, la cuestión objetiva que plantean el incremento en el desempleo, los tarifazos y la inflación llevaron a una gran cantidad de argentinos a proyectar la península itálica como su próximo domicilio.